por Carl Eugene Stroud | PDF
Según la tienda de Google, la aplicación móvil formalmente llamada “Duolingo–aprende idiomas” ha superado 100 millones de descargas. Tiene una clasificación promedia de 4.7 estrellas después de más de 17 millones de opiniones, y no es por nada. Tales aplicaciones de aprendizaje presentan una forma eficaz de poner el estudio de idiomas mundiales en la vida diaria. Además, deja claro que no existe todavía la concepción peyorativa de juegos educativos. Aprender es un acto lúdico, y beneficia tanto a adultos como a niños. Como instructor de idiomas, yo he visto que sí se puede aprender mucho de los ejercicios de vocabulario y gramática accesibles por celular. Sin embargo, se ve desde los primeros comentarios más populares de Google Store, que igualmente los fans de Duolingo reconocen la contradicción: jugar sólo no es medio de eventualmente hablar con los demás.
Frente a esta problemática, como en todos los contextos bajo el capitalismo, la respuesta dominante viene de la burguesía. Con la perogrullada que “sólo se aprende idiomas viajando al extranjero”, nos venden el turismo y el exotismo para solucionar el aprendizaje de lenguas. En consecuencia, la adquisición de lenguas está visto como un lujo que cuesta demasiado para la clase trabajadora. Esta mitología nos hace pensar que el multilingüismo no tiene lugar en nuestras propias comunidades locales, mientras que es la concepción extractivista de idiomas extranjeros a que no debemos dar lugar. No hay que esperar a las vacaciones que nunca pasarán bajo este sistema. Si la tecnología ya está conectándonos ¿por qué no apropiar estas conexiones para nuestros propios objetivos?
Hay que recuperar la tradición perdida de amigos por correspondencia porque, al contrario de las imágenes de aventuras que vemos por Instagram o los puntos ganados por días consecutivos en Duolingo, el internacionalismo de verdad se basa en conexiones interpersonales, no en apariencias ni en premios. ¡Pues, qué bueno que ya existen otras aplicaciones de comunicación, tan útiles para esta tarea! No son aplicaciones para estudiar idiomas sino para comunicarnos, para charlar por video, para asistir a conferencias alrededor del mundo y para actualizarnos sobre la vida diaria de personas en varios contextos internacionales.
Esta tarea comienza con la superación del aislamiento y de la distancia geográfica que, en el pasado, separaban comunidades lejanas. Requiere de una reorientación de las plataformas de correos electrónicos y de reuniones de trabajo para que funcionen mejor para nosotros. Así que, el problema no es la red, de que dependemos y que nos conecta internacionalmente, sino la promesa falsa de que encontraremos habilidades lingüísticas como tesoros en una playa exótica. Para aprender de culturas diferentes, viajar a otros países no tiene equivalente porque la famosa “inmersión total” no es siempre tan productiva cómo esperamos. El turista no tiene acceso a la experiencia “auténtica” de una cultura sin ya haber conocido a personas del lugar de antemano, sin haber formado relaciones amigables antes de llegar al destino escogido. Otra vez, mi proposición principal actualizada para el siglo XXI: asumamos el rol solidario de compas por correo electrónico.
Desde el inicio del proceso de aprendizaje de varios idiomas, es posible iniciar por escrito: correos electrónicos para presentarse, comentarios básicos siguiendo aportes por redes sociales, reacciones cortas por mensajes directos a personas u organizaciones interesantes. ¿No conoce todavía a gente ni a cuentas de redes sociales en la lengua de meta? Confiese en la habilidad natural de los humanos a perdernos por el laberinto que es internet. Se puede fácilmente ver un video educativo de su lengua preferida tras otro sin parar. Esta caída en pozo sin fondo tendrá efectos en el algoritmo que le sugerirá más y más contenido mediático en la lengua que deseen aprender. Asimismo, seguir cuentas de varios países que tratan todos del mismo tema hace evidente que la información en internet es mucho más amplia de la que se entiende en un solo idioma.
En mis décadas de contacto con la adquisición de idiomas extranjeros, en ambos lados del esquema estudiante/profesor, yo he encontrado dudas recurrentes sobre la realización de estas tareas. Dicen les estudiantes que es arriesgado contactar personas directamente, que es confuso dónde y cómo empezar, que la incomodidad es insoportable. Creo que describen perfectamente una situación internacional, multicultural y plurilingüe, llena de complicaciones, difícil a navegar. Sí, puede dar miedo, pero solamente al principio, hasta acostumbrarse. Por esta razón, son de gran importancia tanto el entrenamiento como la preparación. A causa de que la red reduce la presión social de comunicar, funciona perfectamente para experimentar y crecer, poco a poco, la confianza de participar en conversaciones con gente que ya ha conocido sobre temas de que ya se han familiarizado.
Por último, en el proceso de adquirir lenguas, las aplicaciones móviles deben servirnos para superar el miedo de comunicarnos directamente con los demás. No nos enseñarán como hablar ni como escuchar, sino como salir del contexto regional, monolingüe y monocultural. El conocimiento ofrecido por Duolingo, tal como la sumersión mítica de las vacaciones exóticas, no transformará suficientemente la perspectiva al principio, la que está anclada en el idioma materno y en nuestros territorios de nacimiento. En cambio, la participación en el discurso internacional ofrece una nueva perspectiva con raíces múltiples y variadas. Es posible establecer conexiones por internet con gente de verdad para enseñarnos sobre sus propios contextos. Expandirá el alcance de nuestros barrios locales y comunidades culturales, y reforzará la solidaridad internacional de la clase trabajadora.
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